En el cuarto día de la JMJ, 4 de agosto, el Papa Francisco realizó el tradicional Vía Crucis con los jóvenes. La locación fue el Parque Eduardo VII, punto de reunión de las principales actividades programadas.
El Papa dio inicio recordando que Jesús es el «camino» (Jn 14, 6), «no se queda quieto, no se deja encasillar en un rol, ni capturar por ceremonias y ritos alejados de la realidad (…), dirige su mirada hacia el que sufre y necesita esperanza (…), se detiene hacia la historia de cada uno y se hace cargo para después retomar su camino».
También recordó que este camino que vivió Jesús lo llevó a dar su vida por los demás «porque así es el camino del amor».
Y «la cruz que acompaña cada JMJ es el icono de este camino. La cruz, entonces, nos revela la belleza del amor». Francisco añadió que esto es la paradoja de nuestra fe: la belleza del crucificado, «la belleza de un amor que se me entrega totalmente».
Dirigiéndose a los jóvenes, les recordó que esta tarde Jesús camina con nosotros, sin detenerse. «Este es el vía crucis». Es decir, el sentido pleno de lo que ello refleja. Y planteó una pregunta a los jóvenes: ¿Qué espera Jesús? «Abrir las ventanas de tu alma a la plenitud de su vida y de su amor, liberarte de las cargas que te oprimen por dentro, empujarte a abrazar el riesgo de amar para que seas un artesano de la gratuidad, lleno de atenciones hacia los más pobres».
«Y, subiendo al calvario con Él (…), llevémosle las esperanzas de una Iglesia que sea más suya y de un mundo que sea más justo, hospitalario y fraterno, que la sangre y el agua que brotan del costado nos hagan profetas apasionados del Evangelio y testigos audaces de la esperanza», expresó.
Luego de este mensaje a los jóvenes, tuvo lugar la representación del Vía Crucis, donde cada estación recogía las preocupaciones, sueños y esperanzas de los jóvenes. Finalmente Francisco cerró con una bendición y palabras de agradecimiento a todos los reunidos en el parque Eduardo VII. Luego de que el Papa pasó a retirarse, los jóvenes siguieron vitoreando y celebrando este emotivo encuentro.
