EDITORIAL
“Lo arrancaron de mis brazos, con insultos, con golpes. Me dijeron:
para aclarar nomás estamos llevando; mañana vas a venir al cuartel”.
Diez días después de la lectura de sentencia del caso Los Cabitos, Angélica Mendoza de Ascarza, nuestra Mamá Angélica, dejó de existir a los 88 años de edad. En 1983, su hijo fue torturado y quemado en un horno del Ejército, así lo confirmó la justicia en la sentencia leída el pasado17 de agosto, ¡34 años después! Mamá Angélica es el símbolo de todas las madres perseverantes que por años siguen buscando a sus familiares y luchando para que este sistema de justicia indiferente por fin reconozca las desapariciones sufridas durante el conflicto armado interno y capture a los culpables. Hay muchos casos sin justa sanción, y muchos desaparecidos que aún nos faltan.
14 años de la entrega del informe de la CVR
La muerte de Mamá Angélica ocurre un simbólico 28 de agosto, el mismo día que se cumplían 14 años desde la entrega del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, en el que se recogieron más de 16 000 testimonios de familiares de víctimas. Para cerrar las heridas que nos ha dejado esta parte dolorosa de nuestra historia, es imprescindible saldar las deudas que el Estado y la sociedad tienen con las víctimas.
Es urgente, por ejemplo, la implementación de la Ley de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Son más de 15 000 peruanos desaparecidos en el periodo del conflicto y aún no se siente que el Estado haya puesto una real atención en buscarlos. Siguen pendientes el registro de personas desaparecidas, la creación del Banco genético y otras disposiciones de las recomendaciones de la CVR.
Si bien existen avances que desde el Ministerio de Justicia se han impulsado en reparaciones, aún falta mucho para que la justicia sea completa. Según un informe del Movimiento Ciudadano Para Que No Se Repita, aún hay muchos casos pendientes o en proceso de ser juzgados y se ha mantenido el mismo ritmo (largos plazos, citaciones postergadas, etc.). Por otro lado, la carga procesal de las Salas penales no ha cambiado respecto a otros años, pues atienden muchos casos a la vez.
La importancia de defender la memoria
Unos días después de la sentencia de Los Cabitos, Mamá Angélica y todo el país escuchó de parte del Primer Ministro de nuestro país decir que la memoria no debe ofender a nadie, refiriéndose al Lugar de la Memoria. Sus declaraciones fueron en referencia a la decisión del Ministro de Cultura al retirar del cargo de confianza al director del LUM, Guillermo Nugent, a causa de la exposición “Resistencia visual 1992. Carpeta colaborativa”. Como sabemos, esta muestra fue duramente criticada por los fujimoristas.
Si bien Sendero Luminoso cometió la mayor cantidad de crímenes durante el conflicto armado interno, es cierto también que las Fuerzas armadas cometieron crímenes de lesa humanidad. Esa es una verdad que seguramente puede incomodar a algunos sectores que han intentado desde siempre negar los crímenes. No olvidemos que negar la historia significa ignorar a quienes hoy sufren por ella.
Si queremos un país verdaderamente justo, debemos empezar viendo a la justicia como un sistema real de justicia, como la posibilidad de tener las garantías de vivir en una sociedad donde prime la armonía, el respeto y la no discriminación. Podríamos empezar gestionando, por ejemplo, que en el país no existan ciudadanos de segunda categoría, que nadie tenga que esperar 34 años, como Mamá Angélica, para obtener una sentencia, que nadie deba soportar la política de “vuelta a la página”, que ningún peruano tenga que callar frente a la negación de “verdades incómodas” de nuestra historia.
