[ENTREVISTA]
LURGIO GAVILÁN:
“Ver modelos económicos de derecha e izquierda como monstruos nos lleva a un callejón sin salida”
por Entrevista por Marycielo Palomino, comunicadora social.
Lurgio Gavilán es antropólogo peruano por la Universidad San Cristobal de Huamanga. Es Maestro y Doctor en Antropología Social por la Universidad Iberoamericana de México. Autor del libro Memorias de un soldado desconocido(2012) que narra su pertenencia sucesiva a Sendero Luminoso, el Ejército Peruano y la comunidad religiosa de los Franciscanos. Es docente universitario especializado en temas de identidades indígenas, antropología política, violencia, migración y transformaciones de la ciudad. En esta entrevista, Lurgio analiza los resultados de la primera vuelta electoral desde una mirada antropológica.
Pedro Castillo lideró los resultados de las elecciones en la primera vuelta y para muchos fue «inesperado y sorpresivo» ¿qué opinas sobre esta lectura de lo ocurrido el 11 de abril?
No fue inesperado ni sorpresivo. Ya ha ocurrido muchas veces, o casi siempre, en nuestra historia política contemporánea. Lo más notorio fue con Alberto Fujimori. Él apareció casi en la recta final en la campaña electoral para las elecciones de 1990 montado en un tractor, era un hombre desconocido, salvo en la Universidad Agraria o como Castillo en Conare-Sutep. Fujimori no fue un gran líder, más bien el contexto de hiperinflación, corrupción de políticos, lo atroz del conflicto armado lo llevó al sillón presidencial. Los peruanos necesitábamos con urgencia un cambio económico y tranquilidad del terrorismo. Ahora mismo el escenario es parecido: indignación por la clase política que vimos en los últimos cinco años, el miedo con la llegada de la pandemia Covid-19. Sin ella no hubiera sido posible la llegada de Pedro Castillo a la segunda vuelta.
¿Cómo analizas los resultados obtenidos por el fujimorismo en estas elecciones?
El fujimorismo aparece con el modelo neoliberal. Alberto Vergara nos recordaba que la promesa republicana nunca cumplió su palabra de llegar a un país más igualitario; en cambio, el modelo neoliberal -aunque vacío- redujo la hiperinflación, sosegó la violencia, el Perú creció. Además, Fujimori construyó una base de seguidores. Recorrió el territorio peruano, para hablar, escuchar y quedarse unos días donde vivían. Esa es la base. Quizá sean esos 13 % de los votos obtenidos por Keiko Fujimori. El patriarca Fujimori aplicó esos trucos de manipulación de masas de Chomsky, una política de vida que conlleva a una política de muerte, que se visibiliza en las brechas sociales, como nos ha desnudado la pandemia.
Existe una estigmatización hacia quienes comulgan con la propuesta de Castillo ¿Cómo ves este panorama? ¿tiene relación con las heridas que ya hemos vivido en los 80?
Sí, es un arma letal que sirve para descalificar al enemigo. Si no existe enemigo, se inventa, se crea. En varios trabajos sustenté que Sendero Luminoso se “suicidó” en sus primeros años de iniciar su lucha. El pueblo se desencantó al ver morir sus padres, paisanos. Pero, la política hace vivir al enemigo. Quizá, por eso existe hasta ahora SL. Nadie quiere el terrorismo. Esa política de Abimael Guzmán murió; pero sirve para sembrar miedo, para descalificar.
En cuanto a las tendencias en la votación ¿cómo analizas las ideologías presentes en el Perú (izquierdas, derechas, conservadurismos)?
Parece que enfrentamos otro nuevo tiempo. La derecha, la izquierda, en cada país son distintos. En realidad, esa política de lo colectivo o individual se queda en teoría. Las fronteras se entrecruzan. Ver modelos económicos de derecha e izquierda como monstruos nos lleva a un callejón sin salida. Las políticas, las ideologías enraizadas en la telaraña de normalidad construida, se deben desaprender y hacer posible otra forma de vida acorde a las necesidades de nuestros tiempos.