[EDITORIAL] Una oportunidad para renovar el compromiso cristiano

[EDITORIAL]

Una oportunidad para renovar el compromiso cristiano

 

La crisis política y la corrupción son dos grandes problemas que arrastramos desde hace varios años en el país. Faltando poco tiempo para las elecciones, los hechos vividos últimamente en el espectro político sumados al contexto de pandemia, pueden hacernos sentir que estamos en un tiempo de desesperanza. Sin embargo, desde este espacio creemos que en los momentos más difíciles es cuando debemos renovar nuestro compromiso ciudadano y cristiano para exigir y proponer salidas a los problemas que nos afectan. Es importante recordar que la luz brilla más en la oscuridad.

La inacción no puede ser una opción

La pandemia nos ha afectado duramente a todos y todas. Hemos perdido familiares, amigos, nuestros empleos, pero la esperanza debe permanecer intacta porque será la que nos lleve a construir poco a poco un futuro más justo. La inacción es sumamente peligrosa en un momento como el que estamos viviendo porque todas las decisiones que nuestras autoridades tomen, involucran nuestro destino como parte de un colectivo. Por ejemplo, elegir a nuestras autoridades en los comicios electorales de abril es parte de nuestro deber como ciudadanos, pero hacerlo responsablemente es un compromiso más profundo. Informarnos y reflexionar sobre cada propuesta es parte de ese compromiso que nos ayudará a tener un mejor país.

Nos ha golpeado mucho enterarnos del caso vacunagate pues ha reabierto heridas que pensábamos estaban en proceso de curación. Nos demostró que una parte de la clase política, funcionarios públicos y profesionales, sigue haciendo uso del poder y privilegio para favorecer sus intereses personales, aun en tiempos de muerte como los que vivimos. Sin embargo, debemos reconocer que hay hombres y mujeres de buena voluntad que siguen extendiendo su mano para ayudar al que sufre, y las noticias no siempre ponen mucho énfasis en estas experiencias. Valoremos estos signos de esperanza y no dejemos de estar vigilantes.

Es verdad que la corrupción y la indolencia siguen estando presentes en muchos espacios de nuestra vida. Siguen las denuncias de los ciudadanos sobre personas que usan influencias para tener camas UCI, de negociantes del oxígeno que se aprovechan de la desesperación de los familiares para obtener grandes ganancias a costa del dolor, de los que no tienen familiares enfermos pero hacen colas en las plantas de oxígeno para vender los balones, de los que suben precios de medicinas y atención a los pacientes.

Por todo lo señalado, resulta urgente que desterremos y denunciemos prácticas corruptas y poco solidarias. No permitamos que en medio de esta situación de emergencia, autoridades y ciudadanos inescrupulosos intenten sacar provecho. Estemos atentos y alertas. Por otro lado, hagamos que nuestro voto sea una apuesta por la vida, dándoselo a personas que puedan ocupar cargos con total transparencia. No olvidemos que en la lista de candidatos a la Presidencia y al Congreso, hay personas con serios problemas con la justicia o llenas de cuestionamientos de diversa índole. Informémonos y vayamos preparados el 11 de abril. Recomendamos el material que la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS) ha elaborado con criterios éticos que nos ayudarán a elegir mejor a nuestras autoridades políticas. Nuestra institución también ha elaborado un encarte con toda la información necesaria. Ambos documentos podrán encontrarlos en la web de CEAS, IBC y el CEP, respectivamente.

 

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