Diálogo eclesial profundo y auténtico para la equidad eclesial: reforma necesaria

Algunos comentarios a la intervención de la Hna. Liliana Franco, Presidenta de la Conferencia Latinoamericana de Religiosos y Religiosas (25/noviembre/2021)

Glafira Jiménez París, delegada de Perú en la Asamblea Eclesial


La Hna. Liliana Franco, ODN, Presidenta de la CLAR puso voz a la Vida Consagrada del continente.
Profundo convencimiento de la necesidad de reforma a la que nos ha convocado el Papa Francisco. Convencimiento en el que la Hna. Liliana apunto a algunas urgencias.
Convencimiento como compromiso que nos exige colocarnos en actitud de humildad, reconocer nuestro pecado, modos relacionales y estructuras organizativas apartados del querer de Dios, en sus palabras,“porque son verticales y abusivos, poco inclusivos y desprovistos de misericordia”. Durante estos días de Asamblea, pero sobretodo en el proceso de escucha, nos ha resonado la convicción de que la historia de la Iglesia se construye en el claro-oscuro de lo humano, en esa confrontación permanente entre fragilidad y gracia: La constatación más cierta es que este hoy de nuestra Iglesia supone conversión, ordenar el corazón, y que insertarnos en los distintos contextos y culturas desde nuestra identidad de mujeres y varones de fe, exige renovación, adecuación de estructuras, de formas, de lenguajes y estilos”.   Son tiempos para el testimonio de una Iglesia en salida del acomodamiento y el confort y agudizar el oído para escuchar el grito de los pobres y el clamor de la Tierra
 
Estos son tiempos para el testimonio, nos apremiaba la Hna. Liliana: “es tiempo de  testigos”. Ser narrativa creíble de lo que la sociedad quiere leer en nosotros y nosotras.Urge en nuestro hoy, afinar la mirada para contemplar la realidad, y agudizar el oído para escuchar al Espíritu que no deja de gemir en los clamores y complejidades de nuestra historia, rostros y heridas de nuestros hermanos mas pobres. Una mirada y escucha atentas que exige de nosotros y nosotras la salida del acomodamiento y confort donde estamos atrincherados, tantas veces, de espacios, mentalidades, formas de hacer. Por el contrario, estamos convocados y convocadas al discernimiento de la realidad, donde escuchamos el clamor de Dios en los gritos permanentes en la historia; dejarnos permear por la realidad donde el Espíritu actúa.
Diálogo eclesial profundo y auténtico para la equidad eclesial
Reforma, conversión que exigirá de cada uno y cada una un diálogo eclesial profundo y auténtico para la equidad eclesial, sabiendo que es el Espíritu “quien nos anima a tejer en lo cotidiano el vínculo, la relación, la amistad, el afecto y nos impulsa a querernos, creernos y cuidarnos, a darnos un lugar, a no excluirnos”: el profetismo de lo comunitario, en comunión, en sinodalidad, que la sociedad espera ver nítida en los/as creyentes.
Continuamos profundizando y tomando conciencia de los desafíos y alcances de un camino sinodal.

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